Lo último que leí fue un estudio hecho por científicos ingleses sobre el éxito de la mujeres menos inteligentes a la hora de encontrar marido. Yo ya no leo mucho por placer, sino porque es mi trabajo: soy editora de libros de la categoría de “interés general”. Pero este libro, a diferencia de otros de la categoría, que comprende autoayuda, recetas de cocina, herramientas para autos, vida en pareja, ovnis, despecho, bonsáis, etiqueta y millones más, me lo leí con ganas.
El día que lo leí me levanté y vi tirado en el piso un vestido de novia. La noche anterior una amiga me lo tuvo que ayudar a quitar porque de lo contrario me lo hubiera arrancado a pedazos. Era la cuarta vez que se me dañaba un matrimonio.
Dicen los científicos ingleses que ahora las mujeres menos inteligentes son más propensas a encontrar marido. El estudio no dice cómo reconocieron a las menos inteligentes, pero supongo que con una medición de su coeficiente intelectual y de otras señas como el nivel de estudios, la posición en el trabajo y el gusto o disgusto por las telenovelas del medio día. Dicen que las más inteligentes, por el contrario, corren el peligro de avanzar a un postgrado y de ser jefes en el trabajo. Concluyen diciendo que lo más probable es que el fenómeno se deba a que los hombres las prefieren brutas.
Entonces, ¿este estudio dónde me pone a mí? ¿A mí que he estado a punto de casarme cuatro veces, pero todo se ha dañado a última hora? ¿A mí que me voy a casar, ahora sí, dentro de seis meses? ¿Estoy en el grupo de las mujeres más inteligentes o en el de las menos?
Los científicos ingleses podrían deducir que por haber sido yo capaz de adelantar no una sino cuatro bodas tengo facilidad para conseguir marido y por tanto este talento me pondría dentro del grupo de las mujeres brutas.
Pero compañeras, si miramos el asunto con más detenimiento, nos daremos cuenta de que al fin de cuentas no me he casado y por tanto no tengo marido. Los cuatro intentos pasados no han ocurrido porque se me haga muy fácil romper un matrimonio para armar otro sino porque nada de lo que había aprendido con mis libros me había preparado bien para la organización de un matrimonio donde un pequeño error puede producir, como en la guerra, una catástrofe de dolorosas consecuencias. Mi falta de talento para “conseguir marido” me pone entonces en el grupo de las inteligentes. ¡Que alivio! Menos mal la ciencia está tan avanzada.
Ayer recibí el anillo de compromiso. La verdad no me gustó nada, después les cuento por qué. Es un mal comienzo, pero en la lógica extraña de mi vida, puede ser un buen indicio.
Y en cuanto a que los hombres nos prefieren brutas… Es posible. Pero también es posible que si no encontramos un esposo tan fácil como antes, es porque nosotras ahora los preferimos inteligentes.
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27.11.07
¿LAS BRUTAS ENCUENTRAN MARIDO MÁS FÁCIL?
Por
SARITA DE LA VEGA
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Etiquetas: boda, bodas, fiesta de boda, fiesta de matrimonio, matrimonio, matrimonio bogota, matrimonio en bogota, matrimonios, novios, para boda, para matrimonio, salones para bodas
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